Discurso sobre la prevención del consumo de drogas, por profesor Carlos Arce
Hoy me dirijo a ustedes con un mensaje de importancia, con reflexión que nos concierne a todos, como individuos y como sociedad: la prevención del consumo de drogas, conmemorada oficialmente el pasado 26 de julio en diferentes países del mundo. En este contexto, deseo abordar tres aspectos fundamentales que nos permitirán comprender la trascendencia de este tema y la necesidad de unirnos para enfrentarlo de manera consciente y solidaria.
En primer lugar, es esencial entender que el uso de drogas como evasión de problemas personales es una realidad dolorosa que afecta a muchas personas. Algunos individuos, en momentos de dificultades y adversidades, pueden ver en las drogas una vía aparente para escapar temporalmente de sus angustias y conflictos internos. Sin embargo, esta evasión es ilusoria y efímera, ya que pronto se convierte en un círculo vicioso de adicción que atrapa al individuo en un laberinto sin salida.
El segundo punto crucial a considerar es precisamente el círculo vicioso de la adicción. Una vez que una persona se expone reiteradamente a las drogas, se inicia una espiral que afecta no solo su salud física y mental, sino también sus relaciones personales, su rendimiento académico y su bienestar general. La adicción se alimenta de sí misma, por eso es tan destructiva, creando una dependencia cada vez más intensa, lo que puede llevar a la pérdida del control sobre la propia vida y a la alienación de aquellos que más amamos.
Por último, pero no menos importante, es fundamental que comprendamos la violencia que subyace en la producción y distribución de muchas drogas. El narcotráfico y las redes de distribución ilegal generan un clima de violencia que corrompe a nuestras comunidades. Miles de vidas se ven afectadas por la lucha entre bandas rivales y la presión ejercida sobre jóvenes vulnerables para que se involucren en actividades ilícitas. Debemos ser conscientes de que nuestro consumo puede estar directa o indirectamente vinculado a esta cadena de sufrimiento y desesperación.
Frente a este panorama, la prevención se convierte en nuestra arma más poderosa para romper este ciclo de destrucción. Como comunidad escolar, debemos unirnos para informar, educar y sensibilizar a nuestros compañeros sobre los riesgos y consecuencias del consumo de drogas. Debemos fortalecer los lazos afectivos entre nosotros, para que aquellos que atraviesan momentos difíciles encuentren en nuestra comunidad un apoyo genuino y comprensivo.
Además, es imperativo perseverar actividades de prevención que fomenten el desarrollo de habilidades de afrontamiento, la toma de decisiones responsables y la autoestima de nuestros jóvenes. Debemos cultivar un ambiente en el que se promueva el diálogo abierto sobre temas delicados, permitiendo que cada estudiante se sienta seguro para expresar sus inquietudes y buscar ayuda cuando lo necesite.
En conclusión, la prevención del consumo de drogas es una tarea que nos atañe a todos y que requiere un esfuerzo colectivo. Debemos estar alertas y brindar apoyo a quienes puedan estar pasando por momentos difíciles. Debemos educarnos y educar a los demás sobre los peligros de las drogas y trabajar juntos para romper esta espiral de corrupción. Solo así podremos construir un futuro más saludable y libre de violencia para todos.
